miércoles, 2 de marzo de 2011

Donde el corazón te lleve


Las insuficiencias de la ciencia, para demostrar realidades, nos han llevado a creernos seres fragmentados e incompletos. Partimos de la base de que “lo que no se puede demostrar no es”. Así se va mermando nuestra autoconfianza y nuestros potenciales. En algún momento todos hemos sentido que somos capaces de algo más, pero rápidamente desechamos esos pensamientos porque no son demostrables, no son lógicos, no son razonables.

¿Pero qué pasa cuando la intuición o nuestros sentimientos reclaman la toma de decisiones?

Por suerte para los pocos audaces, los científicos hace tiempo que empezaron de hablar de un segundo cerebro (esas mil millones de células neuronales que se hallan en el tracto intestinal –nuestras entrañas-) y de un tercer cerebro (el situado en el corazón). Estos cerebros son capaces de cambiar la toma de decisiones del cerebro (el que tenemos situado en la azotea -nuestras cabecitas-) y que se hallan en constante dialogo con él y con el resto del cuerpo!!!

Imaginemos que de repente escuchásemos mucho más lo que nos dicta el corazón… si le cedemos el mando, podríamos descubrir que la intuición y los sentimientos nos llevan a tomar decisiones mucho más inteligentes para nuestras vidas. Estaríamos dispuestos a hacer muchas menos cosas porque son razonables y empezaríamos a invertir más en las que nos hacen felices.

En todas las lecturas, que he realizado últimamente, los RA insistían de manera incansable en que debemos luchar por lo que nos hace felices, por lo que nos divierte y nos hace reír. Cuando les preguntan ¿Cómo? La respuesta era “demasiado” sencilla: Escuchando lo que tu corazón te dice…

Y es que aunque lo sepamos, nos negamos a aceptarlo. Lo sabemos desde siempre (muchas culturas ancestrales que nos han precedido, lo tenían clarito) pero hemos nacido en la era de la razón y de nuevo debemos desaprender…

Las lenguas antiguas nos lo recuerdan: tienen una magia que las más modernas ya han perdido. Explican los conceptos de manera más concisa, muchas veces más breves, al menos más simple. Y con las lecturas de registros akáshicos pasa un poco lo mismo: te obligan a centrarte en lo importante y a definirlo de manera mucho más clara y directa.

En hebreo la palabra vida no tiene singular (Haim=vidas), como no lo tiene la palabra agua (Maim=aguas) y sí, es muy difícil pensar en el agua como algo en singular, pero eso lo dejamos para otro rato.

Hay una expresión de la que me enamoré, la vi por primera vez en una señal de tráfico cerca de una escuela (esas señales de advertencia para que prestes atención y no te “lleves puesto” ningún nene entrando o saliendo del colegio). En hebreo las señales advierten así: prestar atención= Lashim lev! (pon el corazón!, traducido literalmente)

Y realmente se resume en eso: prestar atención a lo que realmente nos importa, poner el corazón en nuestras vidas…

Un millón de veces estamos haciendo 3 o 4 cosas importantes al mismo tiempo, al final no estamos en ninguna realmente. Otras veces ponemos la cabeza, pero no el corazón, y claro, así vamos viviendo de forma incompleta porque no prestamos atención a todo nuestro ser, le negamos gran parte de todo su potencial, le negamos un don muy importante, un don que TODOS tenemos, que nos ayuda a ser más honestos con nuestros sueños.

Los RA no se cansan de recordarnos que debemos ir dónde el corazón nos lleve.

Eba

3 comentarios:

  1. Me encanta, Eba! Muchísimas gracias!! Es el tipo de cosas que te resuenan en el fondo con un "esto yo ya lo sabía". Me encanta tener este tipo de fe. Gracias de nuevo, te mando un abrazo!

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  2. Si Hanele querida,toda esta información resuena porque la traemos incorporada, está en nuestra energía, sólo debemos recordarla… lo único que hago es rescatarla desde los Registros Akashicos.

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  3. Querida Eba: Me encanto! y yo agregaria que si ademas de poner todo el corazon hicieramos las cosas que nos importan con los 5 o 6 sentidos, la vida la viviriamos y disfrutariamos de otra manera. Abrazo apretado. Perlit

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