jueves, 26 de mayo de 2011

NUMI NUMI IALDATí
(duerme, duerme mi niña)

Conservo algunas capacidades de cuando era una niña pequeña, en cierto modo aún lo soy, pero esta me es tremendamente útil cuando estoy muy, muy triste, cuando algo me hiere demasiado profundo, y el llanto y el dolor no son suficientes para manejar esos sentimientos: me duermo! Tengo la capacidad de recordar dónde se esconde mi interruptor para desconectarme automáticamente. CLIK!

Ahora entiendo que no sólo me aparto de una situación, si no que le doy aire a mi alma para que vuele ligera, sin las pesadumbres de este cuerpo físico, para que se conecte con mi espíritu y éste, en un cálido abrazo, me consuele y guíe como esa madre presente que todo comprende y que sabe pulsar mis teclas. Es en esa otra dimensión que veo todo claro y,  aunque no recuerde, mi alma sabe de esa conversación y amanece con otra fuerza. CLIK!

Cuando cruzamos del otro lado soltamos el control de este cuerpito que nos aferra a una falsa seguridad, que permite que nos anclemos, o incluso nos atoremos en nuestras zonas de confort.  Esa zona de confort es el escondite perfecto de todos mis apegos, compañeros incansables de mis excusas. Bostezo.. Sé que no son verdad, pero esta realidad virtual que es la vida en la que nos movemos me queda cómoda. Bostezo..

Y ¿Qué pasa si me despierto en mi sueño? Entonces debo aceptarme tal y como soy en verdad. Debo enterrar los miedos, ¿a qué? A descubrirme, a aceptarme.. Pero sigo bostezando..

CLIK!

El único problema es que cuando estás en estos caminos y va creciendo la conciencia, ésta ya no deja de expandirse, y barre las mentiras a un costado, y como no puedes abarcar todo, no te queda otra que soltar, soltar, soltar… aflojas un poquito primero y luego dejas que todo fluya, y cuanto menos controlas más sentido tienen los detalles. 

Pero yo estoy ya soñando, vivo otra realidad que capaz no recuerde. Sueño y vuelo libre. Y como ahí no necesito el control, me reconozco como ese ser mágico que soy.. CLIK! Aún a pesar de estar despierta..
eba

viernes, 20 de mayo de 2011

Circulo de mujeres

Son las nueve menos cinco, me abro los registros y prendo la computadora. Poco a poco, empiezo a escuchar el tam-tam.. tam-tam.. tam-tam..

Y todas las mujeres se acercan al círculo. Es el mismo ritual desde hace millones de años, sólo cambian los rostros, es la misma energía.

El fuego está encendido, es una llama eterna, no se apaga sigue sumando y nutriendo a todas las que se acercan, sin imponerse, sin destruir, es un fuego en espiral que no quema. Es un fuego azul, y blanco y amarillo y naranja.

Llega Marta, trae una rica torta para compartir. Ale ya estaba sentada cuidando el fuego (a ella le gusta poner los troncos de manera muy precisa, pero hace como que los lanza al azar).
tam-tam.. tam-tam.. tam-tam.. es lulu white, toca el tambor, como le enseñaron en la tribu, conocimientos de antiguas diosas y ahora comparte su sonido con nosotras. La escuchamos de lejos, su voz es clara y firme, pero llegará un poquitín más tarde.

Son esos ratos compartidos, en los que se está a gusto, que una se encuentra a sí misma. Mirando desde el ombligo, recorriendo todo el centro, profundo, profundo, profundo.. Son espacios de tiempo conectando todas las rutinas. Son esos lapsos en que corremos el velo y vemos con más claridad la verdad. Risas, llantos, miedos y trabajo en equipo.

Llega Ma, rescatando la fuerza de Gaia, esa que nace en el vientre y te conecta con la luna. Qué gran sorpresa! Ahí está Nelly, como un pequeño faro, ayudándonos a orientarnos en la niebla.

 tam-tam.. tam-tam.. tam-tam.. ya casi estamos todas, están acompañando todas esas mujeres que hemos sido: las chamanas, todas las sacerdotisas, brujas y magas.. cada una aporta su sabiduría a este círculo que se va cerrando, pero en espiral, siempre hacia atrás y hacia delante: todas las mujeres que seremos y que se sentaran con nosotras al círculo: a reír, llorar, contar y cantar, a compartir, a darse las manos para ir cerrando el círculo, pero en espiral…
Poco a poco, volando sobre este círculo soltamos la purpurina, como polvo de hada, acercando lo mágico a las rutinas, generando sincronías.. esos puntitos brillantes que conectan lo increíble para hacerlo cotidiano.

Lo que cada una trae al círculo, acaba siendo un regalo para todas, eso que luego, un poquito más tarde, nos ayudará a ser mejores seres, a vivir un poquito más de verdad y menos de mentira.

tam-tam.. tam-tam.. tam-tam.. Ahí voy llegando, desde el otro lado del océano. El círculo ya está completo, porque es eterno y en él están presentes también todas aquellas amigas aún si lo ignoran, porque su luz y la nuestra se funden en un gran abrazo que se expande hasta comprenderlo todo. Es un círculo de amor, es un círculo purpurina.
Eba


lunes, 9 de mayo de 2011

Donde está tu "zona de confort"? De que te sirve?


La zona de confort muchas veces no nos queda bien delimitada. No se trataría solamente de un espacio físico o energético, sino de cómo nos sentimos en cada lugar, ocasión y acontecimiento.
Por ejemplo, podemos creer que la zona de confort abarca nuestra casa, pero sin embargo, es probable que lleguemos a sentirnos angustiados o carentes en ella.
Podemos creer que nuestra zona de confort es una relación estable, podemos creer que nuestra zona de confort es una relación de amistad, laboral, familiar o de pareja, pero en realidad, puede ser que, de una forma directa o sutil, nos está dejando sin ánimo, y de esto muchas veces no nos damos cuenta,.. o no queremos darnos cuenta, y lo suplimos con distracciones que sirven para acrecentar la sensación de confort y comodidad, cuando realmente esto no es así. Por lo que la zona de confort es donde tú estés bien, pero que no te impida evolucionar, que seas consciente de tus sensaciones y que te asegures que dónde vayas podrás tener un adecuado manejo propio de las situaciones tanto física, emocional como energéticamente.

Luisa Blanca


Otra mirada sobre lo mismo...ZONAS DE CONFORT


Al caminar por la vida, muchas veces por mirar cerquita y otras por no atreverme a expandir, fui construyendo mis mal llamadas “zonas de confort”. En realidad eran “zonas de confórmate”.

Son como pequeñas cuñas que se meten y ajustan las emociones, sentimientos, relaciones, etc. Todas estas conocidas, aprendidas y aparentemente manejables, te retienen para no dar un paso hacia adelante. Te convences que esta todo prolijo. Desde algún lugar crees tener todo bajo control, por ejemplo: la respuesta conocida de antemano al formular una pregunta o un "bueno así estoy bien podría ser peor". Los caminos de este laberinto ya los conozco, mejor no me subo a ese banquito para ver algo más, no sea cosa que me asuste; y si me gusta?

Va pasando la vida y nos hacemos sordos al llamado de nuestra esencia. La hemos domesticado tan bien que la dejamos de lado. Ja, Ja eso creemos.

Finalmente nuestra alma sigue latiendo cada vez más fuerte hasta que se manifiesta. Y así un día no nos parece tan loco subirnos al banco. Nos damos cuenta que desde allí el sol calienta más, el paisaje aumenta. Se ven otras entradas y salidas.

Y como seguimos resistiendo pensamos: mejor me bajo, me acomodo nuevamente y ya está. Error!!! Ya no cabemos. El calor del sol se te impregna y el viejo lugar conocido ya no te alberga.

Así que dejas de lado el banco y te subes a una escalera.

Ahora sí te atreves y te plantas sabiéndote que puedes subir y bajar muchas escaleras. Construyes las verdaderas zonas de confort pero con puertas abiertas. Esas buenas que te cobijan y contienen, las que deja que tus alas crezcan y te permiten volar.

Esas que cuando retornas dices, que lindo volver a casa.


Marta Vieyto Freitas



lunes, 2 de mayo de 2011

Cuál es mi conexión con la Tierra? por Marta Vieyto

La tierra para ti es como estar en el vientre materno.

Te sientes segura, te alimenta y nutre todos tus cuerpos.

Te llena de energía y danzas sintiendo tus pies como prolongación de su fuerza.

El olor que emana cuando la lluvia moja sus entrañas te lleva a viajarla por dentro y por fuera.

Cuando elijes un verde prado para acostarte, sientes su latir. Es como un gran bostezo que te lleva a unirte con el cielo, siendo tú simplemente un eslabón que los une.

Si andas descalza sobre la tierra después que el sol la acarició, te das cuenta que eres parte. Y si sigues caminando y te tiñes de ella, pierdes tus límites. Ya no sabes dónde comienza ella o tus pies.

La tierra te arma y desarma cada vez que tú quieras. Te talla cada vez que te entregas.

Como sabia anciana sabrá darte lo que quieras o necesites. Si buscas paz, si buscas energía, fuerza, descanso, alimento, alegría, color, paciencia, lo que te imagines, HABLA CON ELLA.

Marta.